domingo, 8 de febrero de 2009

La excitante vida de las COSAS.

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Si ellas hablaran…

Las cosas son testigos de muchos acontecimientos y forman parte de ellos.

Una vez cerrado el bar y a oscuras, era cuando Mesa le comentaba sus experiencias vividas a lo largo de ese día.

Entre las muchas situaciones vividas, Mesa le había contado que un día de invierno llegó hasta ella un joven muy guapo. Estaba solo.

Sacó una libretilla que colocó sobre ella y comenzó a escribir acompasando las letras con pequeños sorbitos de café y largas y lentas exhalaciones de humo de cigarrillo.

Se produjo a su alrededor una burbuja de profundidad y silencio mientras él creaba, que los aislaba del resto del mundo, como si estuvieran solos.

El poema que resultó era tan bello que Mesa a duras penas pudo contener el llanto y echó mucho de menos al joven cuando éste se fue.

Le contó también que cierto día de fiesta, una chica se subió encima de ella y comenzó a bailar.

Que todo el mundo miraba, reía y bailaba mientras que ella tenía cada vez más heriditas producidas por los afilados tacones de la chica.

Y que ahí no terminó ese día. Que una vez cerrado el bar, Mesa hizo un trío. (Eso le marcó para siempre, era su primer trío y así, sin esperárselo).
Apenas sin luz, sintió como el dueño del bar sentaba a la chica encima de ella y al poco rato eran los dos los que sobre ella se besaban y se revolcaban.

Reconocío que estaba asustada, por ser su primera vez y porque no estaba segura de poder soportar el peso de los dos sin romperse pero que el momento valió la pena. Y añadió, que lo que sudó esa noche.

Les encantaba que llegara la hora en que el bar se quedaba vacio, a oscuras y en silencio para contarse sus cosas.

Mesa y su confidente nunca se veían, sólo podían oírse. A veces otros se enteraban también de sus historias ya que no podían susurrar, estaban obligados hablar un poco en alto porque se pillaban a metro y puerta de distancia.

A veces a Mesa le entraba la curiosidad (y un poco de morbo) y haciéndose la lanzada le decía que la gustaría que él le contara alguna de sus experiencias también.

Pero Inodoro, que en secreto estaba enamorado de Mesa por su inquietante personalidad y su preciosa voz, casi siempre se negaba a contarle nada.

Oggfuá
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15 comentarios:

davidiego dijo...

a veces hay amores imposibles, un marmóreo que se mueve a pasos cortos y es el centro del salón y un cerámico atado al suelo en su pequeño cubículo en el que la gente está de paso. Aunque quizás podrían dejarse mensajitos en las nalgas del dueño del bar...

Isadora dijo...

- DD, qué idea tan romántica... notitas de amor!!!
Se lo voy a comentar a Inodoro!
;D

Nacho Cembellín dijo...

Bonito

Jetlag-Man dijo...

Estaba mejor cuando éramos como una familia. Los dos últimos posts harán que pronto no nos recuerdes. La temperatura multiplica la audiencia, sobre todo si es sutil y metafórica, cuñadita.

Isadora dijo...

- Gracias Cimborrín.

- Ramunsito, pero qué me dices!
Seguimos siendo la misma familia.
Lo que ocurre es que somos poliédricos.
Y es precisamente entre familia y amigos donde uno puede ser uno mismo sin menoscabo del cariño entre los miembros.
Que me haya inventado un cuento y que haya querido contároslo implica precisamente que cuento con vosotros (lo contrario a que os olvide).
Nomeseas, nomeseas, eh, cuñadito?

- Oye DD, qué café era ese por el que me preguntabas en mi anterior entrada?

A. dijo...

¿Por Dios no hay nadie que pueda soltar los anclajes de Mesa y dejar libre del cemento a Inodoro?

Isadora dijo...

- Qué bueno A.!!!
A mí también me provocaron las ganas de hacer algo por su amor. Aunque creo que no les podemos ayudar.
(Además, no sé por qué, pero me da que les gusta así).

PD.: A. o DD, plis, decidme cual es ese café del que hablasteis en estereo, que estoy en ascuas.
:)

Atalanta dijo...

Oye, de verdad que está muy bien. A ver si nos escribes más relatos.
Un saludo.

A. dijo...

Es el cafetín de María, cerca de la gerencia de Atención Primaria Valladolid Oeste, en el Paseo Filipinos 15, es allí dónde fuimos a leer el examen de la OPE. Está en una calle perpendicular al paseo, a la derecha del parque. Si lo encuentras seguro que te gusta.

sislen dijo...

tiene todos los ingredientes de las grandes tragedias ¿y no se te ha olvidado el "continuará"?

Furacán dijo...

Yo creo que inodoro estaba deseando contarle cosas a mesa pero callaba porque estaba acomplejado por su mal aliento :-)

Anónimo dijo...

un buen día vinieron dos chicos jóvenes de la mano, con jerseys de pico y gafas de pasta negra, observaron, midieron, dijeron "ideal" un par de veces.

(fundido en negro)

ahora Mesa e Inodoro reposan el uno contra el otro en la cima de la colina desde la que ven amanecer. Todos los días una y otro se revisan las múltiples cicatrices, son índices de otros tantos recuerdos. Así permanecerán para siempre. Dicen que el ayuntamiento quiere construir un nuevo parque para cubrir el vertedero.

Isadora dijo...

- Atlanta, no premedité escribir un cuento. Surgió de pronto e hice la entrada. Si surgen más, aquí los pondré.
;)

- A.,no, no conozco el cafetín de María pero por vuestras fotos y por lo que dices de él, seguro que me gusta. Cuando lo conozca, os cuento.

- Sis, sí, claro que cabe la posibilidad de un continuará.

- Furacán, por el aliento y por cosas que veía, el pobre Inodoro.

- DD, por un momento he visto a Mesa y a Inodoro como en "Memorias de Africa" sobre la colina, pero unos segundos después... OH!probecitos!
Vaya un final triste de historia, gafasnegras!
;)

Jetlag-Man dijo...

¡Grande Di Stefano!
Aunque su registro no le permitiera dar sobreagudos como a otros tenores líricos, el color, la calidez de su voz, y su musicalidad eran impresionantes. Afortunadamente se dedicó a grabar mucho al final de su carrera -muchas de las grabaciones con la Callas-, así que seguimos disfrutando con él (di a tus lectores que no jugó en el Madrid...).

Isadora dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que era grande.
Yo le descubrí hace tiempo, de casualidad. Me impresionó cómo impregnaba de sentimiento, de dulzura, de intensidad y de pasión sus interpretaciones.
Y la facilidad y soltura con la que parecía que le brotaba la voz.
En Italia se le debía conocer mucho, su "Pippo" le llamaban, pero en España no recuerdo que se le mencionara mucho.

Estampas de lugares

Si se atiende a los detalles, todos los lugares tienen su belleza.