.Si ellas hablaran… Las cosas son testigos de muchos acontecimientos y forman parte de ellos.
Una vez cerrado el bar y a oscuras, era cuando Mesa le comentaba sus experiencias vividas a lo largo de ese día.
Entre las muchas situaciones vividas, Mesa le había contado que un día de invierno llegó hasta ella un joven muy guapo. Estaba solo.
Sacó una libretilla que colocó sobre ella y comenzó a escribir acompasando las letras con pequeños sorbitos de café y largas y lentas exhalaciones de humo de cigarrillo.
Se produjo a su alrededor una burbuja de profundidad y silencio mientras él creaba, que los aislaba del resto del mundo, como si estuvieran solos.
El poema que resultó era tan bello que Mesa a duras penas pudo contener el llanto y echó mucho de menos al joven cuando éste se fue.
Le contó también que cierto día de fiesta, una chica se subió encima de ella y comenzó a bailar.
Que todo el mundo miraba, reía y bailaba mientras que ella tenía cada vez más heriditas producidas por los afilados tacones de la chica.
Y que ahí no terminó ese día. Que una vez cerrado el bar, Mesa hizo un trío. (Eso le marcó para siempre, era su primer trío y así, sin esperárselo).
Apenas sin luz, sintió como el dueño del bar sentaba a la chica encima de ella y al poco rato eran los dos los que sobre ella se besaban y se revolcaban.
Reconocío que estaba asustada, por ser su primera vez y porque no estaba segura de poder soportar el peso de los dos sin romperse pero que el momento valió la pena. Y añadió, que lo que sudó esa noche.
Les encantaba que llegara la hora en que el bar se quedaba vacio, a oscuras y en silencio para contarse sus cosas.
Mesa y su confidente nunca se veían, sólo podían oírse. A veces otros se enteraban también de sus historias ya que no podían susurrar, estaban obligados hablar un poco en alto porque se pillaban a metro y puerta de distancia.
A veces a Mesa le entraba la curiosidad (y un poco de morbo) y haciéndose la lanzada le decía que la gustaría que él le contara alguna de sus experiencias también.
Pero Inodoro, que en secreto estaba enamorado de Mesa por su inquietante personalidad y su preciosa voz, casi siempre se negaba a contarle nada.
Oggfuá
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