miércoles, 9 de noviembre de 2011

En ocasiones ignoramos la importancia de…

Sabemos que es algo común en el ser humano tener curiosidad,
el afán por lo nuevo,
por indagar,
por variar,
por descubrir,
… deseamos hacer nuevos amigos,
estar en otros lugares,
tener nuevas experiencias,
vivir con otras costumbres,
en otros parajes,
conocer gente interesante…

Y eso tiene que ser así, porque nos enriquece, porque nos hace sentir bien, nos da un bagaje y frecuentemente nos llena de momentos de satisfacción, de disfrute y de alegría.

Pero también muchas veces advertimos que lo que ya teníamos es mejor que todo lo nuevo que vamos conociendo. 
Y dependiendo de cómo te vaya en la aventura te das cuenta de que como tu país, ninguno (por muy mal que esté), o que como tu familia, ninguna, o que como tus amigos y tu gente, no hay otros.

Lo nuevo te proporciona frescura, evolución, crecimiento,

pero lo tuyo, lo de siempre, es lo que te da el calor que necesitas, la protección, el refugio, es lo entrañable, tus raíces, el descanso del guerrero, lo que te une a la tierra, lo que siempre te llevas dentro y sin lo que no puedes estar durante mucho tiempo. A veces se nos escapa e ignoramos la importancia que tiene.

Por otro lado, en determinadas ocasiones también existen estos otros tipos de días en los que a algunos les llega a ocurrir algo como esto:

…Alguien le preguntaba:

- Isolina, que te pasa?
A lo que ella respondía:
-Nada, sólo que me siento triste, sola.
-Pero Isolina, si tú tienes mucha gente alrededor tuyo. Tienes a tu familia, tu pareja, tienes a tus amigos, tu gente… y todos te quieren.
-Ya, pero a veces siento como un vacío que no se llena. Y es entonces cuando anhelo un algo más…
-No sé Isolina, a veces pienso que puede que tengas razón en tu mundo aunque no te entienda, pero otras pienso que estás un poco trastornada sintiéndote así teniendo las cosas que tienes. Quizás el problema es que eres un poco débil. ¿Qué sería de ti si te quedaras sin todo ello?

Sin decir una palabra, Isolina languideció.
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Huyyyy, no puede acabar esto tan tristemente, así que concluiré con unas alegres moralejas:

Moraleja1 (texto): Cuida y agradece todo lo que ya tienes, probablemente sea lo que realmente da valor y sentido a tu vida.

Moraleja2 (Isolina): Aunque tengas un vacío tan grande como un agujero negro, la nada es mucho peor. Ahí te lo dejo, Isolina, piénsatelo.

Os voy a dejar también algunas maripositas llenas de color oyessss, que ya sabéis que me gustan mucho.




Y ésta es por si lo ve alguien que ha hecho que nuestro ahora sea mejor que nuestro ayer.
un punto en la roca
Aurevoiritooooo

4 comentarios:

Tantatachán dijo...

Aaaaay, las mariposas, cómo nos gustan...

Y digo yo, que a lo mejor Isolina no debe buscar fuera, sino dentro. Dentro de ella, en su propio reflejo, donde suelen estar la mayoría de las respuestas. El problema es que muchas veces cuesta mirarse, pues después viene lo más difícil, que es la aceptación de aquello que no nos gusta de nosotros mismos. Sin embargo, hasta que no nos miremos de frente y aceptemos los defectos como algo propio, no podremos cambiarlo.

Besos!!

Isadora dijo...

Pues me ha dicho que mirarse por dentro ya lo hizo y que encontró de todo, bueno, malo, regular... y que defectos y cosas que mejorar o cambiar, más que setas en el monte, pero que también estaba allí el agujero.

Pues te habrá venido de fábrica, niña! - le he dicho.

Entonces me ha mirado, ha levantado una ceja y me ha dicho:
voy a hacer un cursillo básico de albañilería.

La he mirado con cara rarrrra y con los ojos abiertos de "por qué?".

Y va y dice:
Pa-ta-bi-car-loooooooo!!!

:))

Y entonces nos hemos hecho unos crepes de nutella.

Besitosss Ali.

Jetlag-Man dijo...

Siempre quedarán los cuñados, no?
Abrz

Isadora dijo...

Ole ahí mi cuñadito!!
:D
Un abrazo.

Estampas de lugares

Si se atiende a los detalles, todos los lugares tienen su belleza.