domingo, 18 de abril de 2010

DISONANCIA COGNITIVA (O INCONGRUENCIA)

Siempre que no exista una armonía, congruencia o consonancia interna en el sistema cognitivo de la persona, diremos que existe una disonancia cognitiva o incongruencia o incoherencia interna.



Cuando esta disonancia aparece, existe una tendencia, por parte de la persona, a reducirla. Esto es, eliminar la tensión surgida en su interior y restablecer el equilibrio inicial.


La idea central de la disonancia cognoscitiva podría resumirse de la siguiente manera: cuando se dan a la vez conocimientos o actitudes (cogniciones) que no encajan entre sí por alguna causa (disonancia), automáticamente la persona se esfuerza por lograr que éstas encajen de alguna manera (reducción de la disonancia) mediante autojustificaciones.


..................... ¿pago por hacerle la foto, o se la hago sin darle ni un duro?

Naturalmente, no existe una única forma de reducir la disonancia. Existen múltiples caminos y la elección de unos u otros dependerá de múltiples factores.
Por ejemplo, una persona con valores y creencias morales inculcadas desde su infancia puede verse involucrado en acciones que él mismo rechazaría (engaños, mentiras, traiciones, desprecios, abusos, torturas, crueldad, guerras), por lo que se ve motivado a introducir excusas o valores que justificarían esa actitud como: “para evitar males mayores”, “oculto para que no me hagan daño”, “ojos que no ven corazón que no siente”, "lo importante es mantener el trabajo", "el fin justifica los medios", "lo hago en nombre de la patria", “no decir la verdad ahorra disgustos y problemas”, “cuanto menos sepan de mí mejor”, “si callo, yo tengo la sartén por el mango y puedo jugar a dos bandas”, “sólo son mentiras piadosas”, “miento y así evito tener que renunciar a alguna de las alternativas”, "doy antes porque si no me van a dar a mí", etc.

Estas son sólo un ejemplo de las excusas que el cerebro elabora para justificarse, para reducir la tensión psicológica por la disonancia cognitiva que se produce cuando estamos pensando o haciendo cosas que van en contra de nuestros propios valores y creencias.

TOMA DE DECISIONES
Cada vez que alguien tiene que elegir entre dos o más alternativas, lo normal es que experimente disonancia. Esto es debido a que no existe lo absoluto, y en consecuencia, es muy difícil que se halle la solución ideal.
................................................... ¿qué camino cojo?

Esto significa que ninguna de las posibles respuestas es totalmente positiva. Y viceversa: ninguna de las alternativas no elegida es completamente negativa.

Como consecuencia, los conocimientos que la persona tiene con respecto a lo negativo de la alternativa finalmente elegida, son disonantes con el conocimiento que tiene por haberla elegido.

Y al contrario, como la alternativa rechazada tiene también aspectos positivos, esto hace introducir disonancia, que será mayor cuanto más atractiva sea la alternativa rechazada en relación con la elegida.

Lo que los estudios han demostrado es que la persona después de tomar la decisión, intentará autoconvencerse de que la alternativa elegida es incluso más interesante y positiva (en relación con la descartada) de lo que anteriormente suponía.

OTRAS DERIVACIONES DE LA DISONANCIA EN LA DECISION
Cuando el grado de atracción entre alternativas es muy similar, una vez tomada la decisión, la disonancia conseguida es lógicamente mayor.
De la misma manera, la cantidad y no sólo la cualidad de las alternativas influye en el grado de la disonancia.

Así, cuanto mayor es el número de alternativas para escoger, mayor disonancia después de la elección, ya que hay que renunciar a muchas cosas para quedarse con una sola.

Por último, habrá que añadir que cuanto más diferentes son las alternativas o posibilidades para elegir, mayor grado de disonancia se presenta una vez tomada la decisión.

Cada vez que una persona se halla en condiciones de realizar o continuar un esfuerzo, a fin de alcanzar una meta que se ha propuesto y no llega a alcanzarla, experimentará inmediatamente disonancia.

Esto es debido a que su conocimiento de estar realizando un esfuerzo es disonante con su cognición de no haber alcanzado la meta, es decir, que sus esfuerzos no han culminado con éxito.

Una de las formas que se da con frecuencia para reducir este tipo de disonancia es tomar algo del entorno, algo secundario, sin importancia y sobrevalorarlo, aún cuando éste sustituto no tuviera inicialmente ningún valor o no estuviese en la mente de la persona el hacerlo.

De aquí que mucha gente ante un fracaso afirme que: "de las equivocaciones también se aprende”, o que, “lo sucedido le servirá para evitar errores en el futuro", o, “ya sé que esta decisión la tendré que pagar y lo asumo”, etc.

Todo ello no son sino intentos de justificación, a fin de reducir la disonancia aparecida, ya que a nadie le gusta cometer errores ni tropiezos, aunque de ellos pueda sacar una lección provechosa.

Cuando el esfuerzo a realizar es menor, la disonancia ante un fracaso también es menor y por tanto, ese intento de autojustificación también lo es.

MENTALIDAD RETRIBUTIVA
En la toma de decisiones, es también se produce la disonancia cognitiva. Cuando hay un esfuerzo o un coste al tomar una decisión, lo consistente es que a este coste le siga una recompensa apreciable. Toda persona busca el éxito, que no es otra cosa que la recompensa ante el esfuerzo. Por el contrario, si surge el fracaso, este es disonante; y esto ocurre cuando al esfuerzo o coste no le sigue la recompensa.

En estos casos el individuo puede reducir la consiguiente disonancia buscando otra posible recompensa futura: sólo se aprende del error, esto servirá para evitar futuros errores… Otras veces, cuando se ha elegido una alternativa que no ha resultado lo satisfactoria que se pensaba, se tiende a encontrar ventajas que antes no se habían detectado. Por ejemplo, después de una compra importante, el comprador suele valorar mejor el producto adquirido que antes de la compra. Esto es una manera de compensar la equivocación.

O cuando alguien que está entre dos personas, y después de darle muchas vueltas decide quedarse con una de ellas y seguidamente se da cuenta de que se ha equivocado en la elección, su cerebro intenta buscar algo de positivo, inventando justificaciones como: “al menos estoy con alguien”, “así ella estará contenta”, “es lo que esperaban de mí su familia”, “he hecho lo correcto”, etc.

MÁS EJEMPLOS
Un caso evidente de reducción de disonancias cognitivas es el de policías, militares, espías, que están mal pagados en comparación con el esfuerzo y riesgo que conlleva la profesión. Cuando esto ocurre, la disonancia producida, debido a la escasa recompensa material, se reduce cuando el sistema imperante inculca los valores superiores obediencia debida o del bienestar del Estado.

Sin duda, en la vida real se pueden encontrar multitud de ejemplos de reducción de disonancia cognitiva extraordinariamente sugerentes.

En el ámbito del mercadeo, se refiere a aquel malestar que el individuo padece después de una compra, o de elegir que trabajo elegir, o de sopesar por qué persona decidirse: “¿será o no buena la compra?, ¿habré elegido el mejor trabajo?, ¿habré acertado decidiéndome por esta persona?…”. El mercadeo ha de intentar que esta disonancia, este malestar, sea el menor posible.

LA TENTACIÓN COMO CAUSA DE DISONANCIA
Cuando una persona realiza algo que ella considera inmoral o no ético a fin de conseguir una "recompensa" o “sacar provecho”, el conocimiento de que el acto es inmoral es disonante con el hecho de haberlo cometido.

Al igual que sucede en otras ocasiones, tenderá a reducir esa ansiedad, esa disonancia que se ha producido y una de las formas más comunes de realizarla es precisamente con un cambio de actitud. Esto es, tratar de autoconvencerse de que en el fondo tampoco ha sido tan grave lo que ha hecho. O dicho de otra manera, que el acto cometido no es tan inmoral o tan poco ético como pensaba al principio, antes de cometerlo.

Así pues, de acuerdo con la teoría de la disonancia cognitiva, después de que alguien ha cometido un acto poco ético, sus actitudes hacia dicho acto serán más indulgentes de lo que eran anteriormente: “tampoco pasa nada por robar una vez, más me roban a mí”, o, “ya sé que he hecho daño pero también hay gente que me ha hecho daño a mí”, o, “si los demás sufren por mi culpa, oye, no soy perfecto”, o, “yo soy así, y así me tienen que aceptar", o, “yo soy así y me gusta ser así y nadie me va a cambiar”, etc.

También lo contrario es fuente de disonancia. Esto es, cuando una persona rehusa cometer un acto que ella considera inmoral o no ético y con ello pierde una "recompensa" o un “beneficio”, el conocimiento de que ha perdido una recompensa es disonante con la cognición de haber actuado correctamente. Nuevamente habrá un intento de reducir ese malestar o disonancia.

LOS HECHOS CONSUMADOS COMO CAUSA DE DISONANCIA
Con mucha frecuencia, la gente se encuentra ante el hecho de que tiene que sufrir una experiencia desagradable. El conocimiento que esas personas tiene de lo que sucede es (o será) desagradable, es disonante con el conocimiento de tener que soportarlo. En esta situación, la forma más típica de reducir la disonancia así introducida es autoconvenciéndose de que en realidad la situación no era tan mala ni tan desagradable como en principio le parecía.

Hasta ahora hemos podido observar que el hombre no necesita a nadie para poder experimentar disonancia, de la misma forma que tampoco ha necesitado el concurso de otras personas para reducirla. Se ha bastado a sí mismo como fuente de reducción de disonancia.

Los grupos en los que está inmerso o con los que se relaciona una persona, pueden ser también origen o reductores de disonancia.
..................................................................Fuentes texto: Internet

Está claro, compañeros, que el que más y el que menos ha sufrido varias disonancias cognitivas a lo largo de su vida (y las que quedan).

Yo asocio un poco este tema a eso que llaman “tener la conciencia tranquila”.

Tiendo a tener la conciencia siempre limpia y de esta forma elimino muchas disonancias casi antes de que empiecen (y aunque al decidir así, en muchas de las ocasiones el “beneficio” sea menor, compensa la tranquilidad y el sosiego que uno tiene psicológica o emocionalmente).

Sentirse ligero, lo llamo.

Actuar contra los valores de uno mismo, acaba pesándole a uno, si no es temprano, será mas tarde.

O querer abarcarlo todo, cuando lo haces mintiendo o incluso haciendo daño, en la mayoría de las ocasiones termina por dejarte sin nada y sintiéndote como un gusano que pudre lo que toca.

A veces es que somos algo jetas, o muy avariciosos… ¿no?

Bueno, se podría hablar mucho sobre estos temas, pero creo que con este tocho ya tenéis bastante.
:P

Así que… Au revoireeeee!!!

8 comentarios:

davidiego dijo...

uff, fuera resonancias!

Isadora dijo...

Que son disonancias, DD!!!
;D

Nacho Cembellín dijo...

Lo que nos gusta definir, calificar, explicar, dar coherencia o entender. Y no está mal pero a veces se nos olvida por el camino vivir. Decidir, elegir, acertada o equivocadamente son estaciones de un camino que cuantas más, más rica y repleta irá la mochila.... aunque tb vendrá alguien que te dirá, que la mochila cuanto más vacia mejor, menos con que cargar. En fin, una elección más. Por mi parte me gusta enfrentarme ante la posibilidad de elegir, reconozco que la incertidumbre me gusta y que lo que pudo ser no ocupa demasiado espacio en mi mente. Egoismo?, cosciencia de que sólo voy a vivir una vez?, no lo se. Lo que si se es que si echo la vista atrás, reconozco que he disfrutado a pesar de haberme enfrentado a mil y unas disonancias de las cuales no se si por incosciencia o por certeza, no tienen carga alguna de culpabilidad. Por lo que quizás sea que lo que pesa es el recuerdo del pasado, no la elección del presente.

Buen asunto.

inma dijo...

Madreeeeeee... o escribes o escribes... personalmente... en el camino vas tomando decisiones que se vienen dadas, otras eres tu el que tiene que decir hasta aqui. Yo tengo dos preguntas.. y a ellas me respondo.. Lo mejor es estar tranquilo y seguir para delante con el camino elegido como todo humano tenemos disonancias, dudas etc. pero cuando pones en una balanza al final.. SALE TU YO TU DECISION TU CAMINO TU VIDA QUE DIA A DIAS VAS FORJANDO.

Muy buena exposición

Isadora dijo...

- Nacho, Inma, si es que, como bien decís, las disonancias pueden presentarse cada día y hay que elegir. Aunque creo que miradas así más cabría hablar de decisiones.
Lo que viene a decirnos el texto, o al menos es lo que yo he entendido, es que no se trata de meras decisiones sino de algo más, de disonancias, es decir, de decisiones pero respecto de algo que en cierto modo no va acorde con nuestros valores de siempre. Es decir, que no existe solo la duda de lo que piensas o de lo que haces sino que además existe la desazón (disonancia) de que sabes que estás yendo en contra de tus principios.
Por ejemplo, alguien que dice que unos de los pilares de su vida es la sinceridad y se lo está diciendo a la mujer con la que pone los cuernos a su pareja.
Una incongruencia. Vamos, una contradicción interior en toda regla.

A ese tipo de disonancias creo que se refiere el texto, a las que crean malestar, disociación, que ensucian la conciencia y te cargan de culpa, porque en el fondo sabes que estás haciendo mal, y vas en contra tus propios principios.

O como defender la paz, e involucrarte en una guerra (a muchos de nuestros abuelos les pasaría)... y seguro que muchos de ellos sintieron una disonancia atroz entre los valores que ellos tenían y lo que debían (o les obligaban a) hacer.

O a la dinonancia interior de aquellos homosexuales que interiormente se sentían así, pero de cara a la galería tenían que mostrarse heteros y medio vivir otra vida (hablo en pasado porque por suerte en el presente todo ya ha cambiado un poco).

No sé, hay muchos ejemplos... lo que apunto es que con disonancia creo que se quiere dar a entender, un conflicto interno al aparecer dos pensamientos o actitudes opuestas acerca de alguna tema, de los cuales uno es poco ético, o va contra nuestra visión de las cosas y esa confrontación entre ellos nos crea un malestar interior, un conflicto interno, una disonancia cognitiva.

edecast dijo...

Caguen la mar, compañera, pensé que me había equivocado y estaba leyendo otra vez el blog de Barbie y su perro…
Tiempo hacía que no entraba por muchos blogs amigos y me he encontrado con este troncho-post que supera mi capacidad intelectual… ¿Y no podías haber puesto una foto de un diapasón, porque era del diapasón de lo que hablabas, no??
;-)

Furacán dijo...

Acabo de notar una disonancia a la hora de escribir el comentario, uy que complicado es todo esto. Cuando era más pequeño siempre me sentía identificado con Dudo de los Fraguel que el pobre no sabía nunca que camino tomar, y en mi caso siempre quería todo y me fastidiaba dejar algo.
Todo depende como lo mires, las metas que establezcas y las prioridades que tengas en la vida, digo yo...

Mildolores dijo...

La ley de la jungla, quiero decir: Un dia cualquiera en el trabajo. Ese parece un segundo titulo para esta entrada del post donde, quien mas quien menos, hemos pensado:
"Esto lo hago yo, esto lo digo yo. ¿Esto lo hago y lo digo yo? Juer, pues anda que no soy falso de toda falsedad. Bueno intentaré que no se me note mucho. Ahora bien, a los mios, los de verdad, que no me los toquen, ¿Estamos?"

Buena entrada Isadora ;)

Estampas de lugares

Si se atiende a los detalles, todos los lugares tienen su belleza.